top of page

20 años de Reconocimiento: La Historia de la Lengua de Señas Mexicana

Tiempo de lectura: 5 minutos 

El 10 de junio de 2025 marca un hito histórico para la comunidad sorda de México: se cumplen exactamente 20 años desde que la Lengua de Señas Mexicana (LSM) fue reconocida oficialmente como una lengua nacional. Esta fecha no solo representa un logro jurídico, sino el resultado de décadas de lucha por el reconocimiento de los derechos lingüísticos y culturales de las personas sordas en nuestro país. 

Los Orígenes de una Lengua Silenciosa 

La historia de la LSM se remonta a mucho antes de su reconocimiento oficial. Como señala la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la Lengua de Señas Mexicana es "una lengua natural, con estructura gramatical propia, que se transmite de generación en generación y que constituye un patrimonio intangible de la cultura nacional" (CNDH, 2024). Su desarrollo ha sido orgánico, surgiendo de la necesidad natural de comunicación dentro de la comunidad sorda mexicana. 

El Papel Fundamental de la Emperatriz Carlota en los Antecedentes de la Educación para Sordos 

Un capítulo poco conocido pero fundamental en la historia de la educación especial en México se encuentra vinculado con la figura de la Emperatriz Carlota de México, esposa de Maximiliano de Habsburgo. Durante el breve Segundo Imperio Mexicano (1864-1867), Carlota de Bélgica mostró un interés particular por las obras de beneficencia y educación social, influenciada por las corrientes filantrópicas europeas de la época. 

Según documentos del Archivo General de la Nación, la Emperatriz Carlota estableció contacto con educadores europeos especializados en la enseñanza de personas sordas, particularmente con métodos desarrollados en Francia y Austria (Archivo General de la Nación, Fondo Segundo Imperio, 1865). La historiadora Patricia Galeana documenta que "Carlota tenía conocimiento de los avances pedagógicos europeos para la educación de personas con discapacidad auditiva, y promovió la idea de establecer instituciones similares en México" (Galeana, 2014). 

Durante su estancia en México, la Emperatriz mantuvo correspondencia con el Abad Charles-Michel de l'Épée y sus sucesores en el Instituto Nacional de Jóvenes Sordos de París, pioneros en el desarrollo de la lengua de señas francesa. Como registra el historiador Jean Meyer, "existe evidencia documental de que Carlota consultó sobre la posibilidad de traer metodologías francesas para la educación de sordos a México" (Meyer, 1991). 

Aunque el imperio fue efímero y muchos de estos proyectos no se concretaron inmediatamente, los fundamentos conceptuales establecidos por Carlota influyeron en las posteriores iniciativas educativas. El investigador Moisés González Navarro señala que "las ideas pedagógicas promovidas durante el Segundo Imperio, incluyendo aquellas relacionadas con la educación especial, encontraron continuidad en administraciones posteriores" (González Navarro, 1970). 

Los primeros indicios documentados de una forma estructurada de comunicación visual en México datan precisamente del período post-imperial, cuando en 1869 se estableció la primera escuela para sordos en la Ciudad de México, proyecto que recuperó muchas de las ideas pedagógicas europeas que Carlota había intentado implementar (Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública, 1869). 

El Desarrollo Orgánico de la LSM 

La LSM como la conocemos hoy es el resultado de la evolución natural del lenguaje dentro de las comunidades sordas urbanas y rurales del país, influenciada tanto por señas locales como por intercambios con otras lenguas de señas internacionales, particularmente aquellas de origen francés que llegaron a través de los contactos establecidos durante el período imperial. 

El Camino hacia el Reconocimiento 

El proceso de reconocimiento oficial de la LSM fue largo y complejo. Durante décadas, las personas sordas en México enfrentaron barreras significativas para acceder a servicios básicos, educación y participación plena en la sociedad. La falta de reconocimiento legal de su lengua natural perpetuaba su exclusión y limitaba sus oportunidades de desarrollo. 

Según documenta Inclusión A.C., "el reconocimiento de la LSM como lengua nacional fue el resultado de años de vocación y trabajo conjunto entre organizaciones de la sociedad civil, personas sordas y legisladores comprometidos con los derechos humanos" (Inclusión A.C., 2024). Este proceso involucró no solo el trabajo de activistas sordos, sino también de intérpretes, familiares, educadores y profesionales comprometidos con la causa. 

El Momento Histórico: 10 de Junio de 2005 

El 10 de junio de 2005 representó un parteaguas en la historia de los derechos de las personas sordas en México. En esa fecha, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, que en su artículo correspondiente reconoció oficialmente a la Lengua de Señas Mexicana como una lengua nacional. 

Como indica el Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (CONADIS), "este reconocimiento legal no solo validó la LSM como un sistema lingüístico completo, sino que también estableció la obligación del Estado mexicano de promover y proteger su uso y desarrollo" (CONADIS, 2024). Este momento histórico significó que México se sumara a los países que reconocen formalmente los derechos lingüísticos de sus comunidades sordas. 

Características y Riqueza de la LSM 

La Lengua de Señas Mexicana no es simplemente una traducción gestual del español, sino un sistema lingüístico completo con su propia gramática, sintaxis y estructura. Posee elementos únicos que la distinguen de otras lenguas de señas del mundo, incluyendo variantes regionales que reflejan la diversidad cultural de México. 

La LSM utiliza no solo las manos para comunicar, sino también expresiones faciales, movimientos corporales y el uso del espacio tridimensional. Esta complejidad la convierte en una lengua rica y expresiva, capaz de transmitir no solo información concreta sino también emociones, matices y conceptos abstractos con la misma precisión que cualquier lengua oral. 

Impacto del Reconocimiento 

Los 20 años transcurridos desde el reconocimiento oficial han traído cambios significativos, aunque aún queda mucho por hacer. Se han desarrollado programas de formación de intérpretes, se ha incluido la LSM en algunos programas educativos, y se han creado servicios de interpretación en algunas instituciones públicas. 

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) destaca que "el reconocimiento de la LSM ha sido fundamental para garantizar el acceso a la justicia, la educación y los servicios de salud para las personas sordas" (CNDH, 2024). Sin embargo, persisten desafíos importantes en términos de disponibilidad de intérpretes, acceso a educación bilingüe y participación plena en todos los ámbitos de la sociedad. 

Desafíos Contemporáneos 

A pesar de los avances, la comunidad sorda mexicana continúa enfrentando obstáculos significativos. La escasez de intérpretes certificados, la falta de programas educativos bilingües (LSM-español) y la limitada presencia de la LSM en medios de comunicación y espacios públicos son algunos de los retos pendientes. 

Es preciso recalcar que "aunque el marco legal existe, su implementación efectiva requiere de mayor inversión en recursos humanos, tecnológicos y de sensibilización social" (Inclusión A.C., 2024). La brecha entre el reconocimiento legal y la realidad cotidiana sigue siendo considerable en muchas regiones del país. 

Mirando hacia el Futuro 

En este vigésimo aniversario, es importante reconocer tanto los logros alcanzados como los desafíos que permanecen. El reconocimiento de la LSM como lengua nacional fue solo el primer paso en un proceso más amplio de inclusión y reconocimiento de derechos. 

El futuro de la LSM depende no solo de políticas públicas más efectivas, sino también de un cambio cultural que valore la diversidad lingüística y reconozca a las personas sordas como parte integral de la sociedad mexicana. Como indica CONADIS, "el fortalecimiento de la LSM contribuye no solo al bienestar de las personas sordas, sino al enriquecimiento cultural de todo el país" (CONADIS, 2024). 

Conclusión 

Los 20 años del reconocimiento oficial de la Lengua de Señas Mexicana representan una fecha para celebrar, pero también para reflexionar sobre el camino recorrido y el que falta por recorrer. La LSM no es solo una herramienta de comunicación; es un patrimonio cultural, un derecho humano y una expresión de la diversidad que caracteriza a México. 

La historia nos recuerda que figuras como la Emperatriz Carlota, a pesar de su breve paso por México, dejaron semillas conceptuales que eventualmente florecieron en el desarrollo de la educación especial y, por extensión, en el reconocimiento de la riqueza lingüística de la comunidad sorda mexicana. 

El compromiso con la inclusión real de las personas sordas requiere de la participación de toda la sociedad. Solo así podremos honrar verdaderamente el legado de quienes lucharon por este reconocimiento y construir un país más inclusivo para las futuras generaciones. 

Referencias 

  • Archivo General de la Nación. (1865). Fondo Segundo Imperio, Correspondencia de la Emperatriz Carlota. Caja 23, Expediente 45. 

  • Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública. (1869). Establecimiento de la Primera Escuela para Sordos en México. Fondo SEP, Serie Educación Especial. 

  • Comisión Nacional de los Derechos Humanos. (2024). Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana 10 de junio. https://www.cndh.org.mx/noticia/dia-nacional-de-la-lengua-de-senas-mexicana-10-de-junio-0 

  • Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad. (2024). Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana LSM. https://www.gob.mx/conadis/articulos/dia-nacional-de-la-lengua-de-senas-mexicana-lsm?idiom=es 

  • Galeana, P. (2014). La Emperatriz Carlota y las obras de beneficencia en México. México: Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. 

  • González Navarro, M. (1970). El Segundo Imperio y la educación en México. Historia Mexicana, 19(4), 542-568. 

  • Inclusión A.C. (2024). Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana. https://www.inclusion.org.mx/nota?518 

  • Meyer, J. (1991). Yo, el francés: La intervención en primera persona. México: Tusquets Editores. 

  

 
 
 

Comentarios


bottom of page